Siempre he dicho que mi amor por las montañas empezó en el Avila, el filo montañoso en Caracas, pero pensándolo mejor, viene de mucho antes. Recuerdo cuando iba visitar a mis tíos, Carla y Alex, a Suiza, y siempre nos llevaban a paseos en los Alpes que mi tío conoce como la palma de su mano. Recuerdo caminar y ver esos prados verdes y extensos, con vacas y sus campanillas. Los Alpes tienen un significado especial para mi.
Mis tíos vivieron muchos años en Caraballeda, una parroquia en la costa del estado Vargas, en el litoral central Venezolano. Recuerdo los fines de semana bajar con mi familia a la playa y quedarnos en su casa que tenía una piscina, y simplemente se sentía como un hogar. Recuerdo el olor a mar, jugar con mis primas, las risas, y sentirme en casa rodeada de ese amor que sólo te puede dar la familia. El 15 de Diciembre del 1999 ocurrió lo que se llamó la Tragedia de Vargas. A raíz de fuertes lluvias durante varios días, el resultado fue un conjunto de deslaves de tierras e inundaciones. Aunque afectó al resto del país, Vargas fue especialmente afectado y hasta hoy en día se observan las consecuencias de este desastre. El número de fallecidos y damnificados es desconocido, aunque se calcula en miles. Este desastre aparece en el libro guinness de récords como el mayor número de víctimas mortales por un alud de barro. La casa de mis tíos fue golpeada completamente, tapada por barro y tomaron la difícil decisión de mudarse a Suiza, ya que la casa fue considerada una pérdida total, así que se mudaron al otro lado del mundo y ahí tuve la oportunidad de conocer Los Alpes y además en esos mismos viajes, visitábamos a mis abuelos que viven en Monate, un pueblo a una hora de Milán en Italia.
Transcurrieron 7 años desde que los había visto, y tuve la oportunidad de visitarlos antes de viajar a Nueva Zelanda, donde estaré durante un año con la Working Holiday Visa. Mis tíos actualmente viven en el pueblo de Diablerets. Este pueblo está entre el Lago Lemán y Gstaad a una altura de 1200 metros. Adquiere este nombre a raíz de mitos y leyendas antiguas de fantasmas y espíritus quienes, según los antiguos habitantes, habitaban el inhóspito glaciar a 3251mts de altura, La Quille du Diable (la quilla del diablo). Hoy en día, es conocido por su gran selección de deportes de aventuras y por su centro de esquí Le Glacier 3000. El único remanente de su nombre es que en las casas de madera están tallados pequeños diablillos en las escaleras o paredes, lo que le da un toque pintoresco.
Les Diablerets es uno de esos pueblos que te enamoran a primera vista. Luego de manejar en zig zag por sus serpenteantes calles, llegas al centro del pueblo el cual está adornado por sus chalets de madera que le dan un aire de ensueño. Como buen pueblo Suizo, tiene su panadería, charcutería y quesería con productos hechos a partir de las vacas que pastan en los valles. Mis tíos ya están retirados y viven en un chalet de madera que parece sacado de una película. Todos los días al despertar me sentía demasiado afortunada de abrir la ventana y tener la vista de las montañas frente a mí. Mi tío Alex se encargó de que no hubiese un día igual. El segundo día luego de haber llegado recuerdo haber visto parapentes en el aire y haber hecho el comentario de que siempre había querido hacerlo y al día siguiente mientras dormía, mis tíos fueron a la agencia de turismo y me guardaron un cupo para esa misma mañana. Así que no tuve tiempo de reaccionar y de repente me encontré volando con vista a los Alpes. Era un día soleado y la escena fue completamente hermosa. Abajo me esperaban mis tíos y Shuba, un miembro más de la familia. Shuba es de los perros más inteligentes y empáticos que he conocido. Su pelaje blanco y su placer por enterrar su cara en la nieve en invierno lo hacen definitivamente un perro de montaña.
Luego de esa experiencia, pensé que esa iba a ser mi parte favorita del viaje, pero tío Alex todos los días se superaba con sus planes. Cada día caminábamos por distintos senderos cerca de la casa junto a Shuba. Un fin de semana vinieron de visita mi prima Vero y su esposo Mateo, e hicimos una caminata desde el Lago Retaud hasta el Col des Anderets, por sus caminos verdes y tuvimos una vista privilegiada al lago de Arnen para luego hacer un picnic (como en los viejos tiempos) en Isenau para volver a bajar por el lago Retaud. Fue un trekking de 3 horas rodeados de esa naturaleza hermosa.
Mientras que los primeros días junto a mis tíos tuvimos un sol radiante poco a poco fue llegando el invierno y los días se volvieron cada vez más impredecibles, así que fue una buena decisión visitar el centro de esquí Glaciar 3000. Mientras mi tío esquiaba (su deporte favorito) yo hice una caminata primero por el Peak Walk, un puente que conecta el pico Scex Rouge, que es uno de los picos principales de Les Diablerets junto con el Olderhorn. Tiene una vista maravillosa de las montañas de los Alpes tales como el Mont Blanc y el Matterhorn que espero algún día tener el privilegio de subir. Luego de pasar esa plataforma, la caminata sigue una hora y media pasando por las pistas de ski para llegar a un refugio llamado Refuge L´Espace porque está suspendido en una roca donde te puedes tomar un chocolate caliente y disfrutar de una vista espectacular a la Quilla del Diablo, el responsable de todas las leyendas de Les Diablerets, el cual es posible escalar con el equipo adecuado.
Dejando de lado todos estas caminatas y paisajes maravillosos que alimentan el alma y el espíritu, no hay nada como compartir con tu familia y dejarse consentir, especialmente por mi tía Carla y mi prima Vero. Al haber estado en Chile durante 5 años lejos de mis padres y mi hermana necesitaba de ese calor de familia. La mejor parte de este viaje fue haber compartido con ellos y haber visitado a mi nonna en Monate. Mi nonno murió hace unos meses, y siempre fueron -junto a mis padres- un ejemplo de que es posible tener un matrimonio feliz y lleno de amor para toda la vida. Mis nonnos estuvieron casados durante 71 años y nunca se separaron.
La casa de mis abuelos está en el lago de Monate y me trae tantos recuerdos y es una gran parte de la persona que soy hoy en día. Cada vez que los visitábamos en verano era obligatorio pasear en el pedaló y darse un chapuzón en el lago y cómo olvidar esas comidas suculentas de mi nonna y los chistes de mi nonno y su picardía. Haber visitado Monate fue una experiencia agridulce porque la casa se siente vacía sin mi nonno; pero sólo haber podido hablar con mi nonna fue ese empujón suficiente que necesitaba para darme ese coraje de mudarme al otro lado del mundo. Mi abuela también lee todos los escritos de mi blog y es por ella en gran parte por lo que escribo. Ella fue profesora de literatura toda su vida, y el hecho de que me alague mis textos es el mayor cumplido que podría pedir y me motiva a escribir y hacer que ella viaje junto a mí por el mundo.
Este viaje fue completamente emocional para mí, despertó en mí aún más mi amor por la naturaleza y me llenó el corazón por haber compartido con mi familia. Además de eso Les Diablerets es uno de esos pueblos que atrapan tu corazón a partir del momento que lo conoces. Es una joyita de los Alpes y un paraíso para todos aquellos que amen las montañas. Sé con certeza que regresaré.
4 comments
que maravillos paisajes.
Los Alpes son bellísimos 🙂
Muy lindo mi Eli, es una delicia leerte!
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Gracias pa 🙂