Decidimos que el Volcán Ojos del Salado iba a ser la manera perfecta de terminar el 2016. Con sus 6.893 msnm. sería el desafío más intimidante al cual nos habíamos enfrentado hasta ahora, así que estuvimos entrenando todo el año en montañas emblemáticas de altura en Santiago, tales como el Volcán San José, el Cerro Leonera, el Cerro El Plomo, y finalmente viajamos a La Serena para escalar el cerro más alto de esa zona llamado Cerro Las Tórtolas, que con 6100 msnm ha sido la mayor altura a la que he llegado hasta ahora. Para subir un volcán como este es importante aclimatar el cuerpo a la altura, pero también es indispensable establecer un buen vínculo con la cordada ya que en caso de cualquier eventualidad o accidente todos deben ser capaces de resolver los conflictos como grupo. Las personas con las cuales subes a la montaña se convierten en tu familia y tienes que tener una gran confianza en ellas.

Cumbre Cerro Tortolas (6100 msnm)
El Nevado Ojos del Salado es un estratovolcán (un tipo de volcán cónico y de gran altura) que pertenece a la cordillera de los Andes y se encuentra justo en el límite entre Argentina y Chile. Con sus 6891 msnm, es el volcán más alto del mundo y el segundo cerro de mayor altura de los hemisferios sur y occidental siendo superado sólo por el Cerro Aconcagua.
La expedición tuvo un inicio accidentado: al reunirnos en el punto de encuentro, empezamos a revisar el equipo y los documentos, y me di cuenta de que no había traído mi carnet de identidad, indispensable para poder pasar la frontera; así que entré en pánico y llamé a Carla, una amiga – que me ha salvado ya varias veces- para que por favor lo buscara y me lo trajera; así hizo y finalmente partimos. Roberto, de Acampando Chile, nos había llevado hasta el Tórtolas, y nos acompaño tambien en esta expedición. Después de unas largas 9 horas llegamos a Copiapó y en seguida emprendimos el comienzo del camino hacia el volcán. Cabe destacar que la mayoría de las expediciones se toman por lo menos 10 días para poder aclimatar el cuerpo de manera óptima, pero nosotros solo teníamos 6 días, lo cual fue una decisión que hubiera podido perjudicarnos.

Atardecer en la Laguna Santa Rosa
La primera parada fue la Laguna Santa Rosa. Armamos las carpas y admiramos el atardecer. La verdad es que los colores no eran más brillantes ni especiales, pero el saber donde estábamos y lo que íbamos a intentar, hizo que fuera un momento mágico. Después de tantos meses de preparación y sacrificio finalmente habíamos llegado hasta aquí. Al día siguiente seguimos hacia el refugio Claudio Lucero (Murray), que ha sido el lugar más acogedor de todos los sitios donde me he quedado en las montañas. Hay varias habitaciones y un lugar común en donde se cocina y se comparte. Las habitaciones vienen con colchón donde dormí con una vista privilegiada hacia los Ojos. Parecia que nos dijera “los estoy esperando”. En el refugio conocimos a Marianella una montañista que estaba esperando que su esposo bajara, y luego intentarían juntos subir al Aconcagua. Este es un itinerario que algunos montañistas hacen si se tienen los recursos ya que los Ojos es la aclimatación perfecta para luego intentar subir al titán de América. También en el refugio se encontraba un grupo de cineastas y productores alemanes filmando a tres ciclistas que intentarían llegar a la cumbre. Luego de escuchar eso, la tarea de subirlo a pie de repente no parecía una hazaña tan complicada. En la puerta de este refugio dejaron un mensaje que me acompaña hasta hoy en día y decía lo siguiente:
“La felicidad no se basa en encontrar tu pareja, tu casa y tener dinero. No te sientas infeliz si no tienes algo de eso. La felicidad está en todas partes, está en las experiencias, en tus aventuras, la dicha de vivir está en disfrutar tu alrededor, lo que la tierra coloca para ti, para mi, para todos. A menudo tendemos a caer en la tristeza o depresión porque sentimos que algo nos falta, pero te digo, está ahí, no tienes que buscarla, esta esperando para que puedas disfrutar de ella. No hay cosa más bella que lo que nos rodea y más aún lo que nos queda por ver. Sale, corre, disfruta y ama, ama lo que haces, ama lo que ves y lo que vives y muy importante, cuídalo y respétalo. Este lugar es hermoso y espero que te haya aportado tanta felicidad como a mí.” Gracias a ti, escritor anónimo, este texto me inspiró más de lo que podrías imaginarte.

Los Ojos desde el Refugio Murray
El siguiente refugio era Atacama. A los 5100 msnm, ya se empieza a notar el aire más denso y hay que preocuparse de hidratarse constantemente y sobretodo de descansar. Este refugio era pequeño, pero tenía algo especial. Todas las paredes estaban rayadas con los nombres de los montañistas y expediciones que habían intentado subir a la cumbre. Gente de todo el mundo unida por la misma pasión. En el refugio conocimos a Otto y a su hijo, que venían de Alemania a intentar llegar a la cumbre en bicicleta también. Trataban de hacer un viaje una vez al año y ya habían compartido varias aventuras juntos. Otto había descubierto su pasión por el montañismo a los 16 años y dedicó su vida a las montañas, pero con los años su rodilla empezó a cobrarle la cuenta y decidió seguir subiendo, pero en bicicleta. Se rehusó a que su artrosis fuese un impedimento para seguir haciendo lo que ama. Además de ser personas fascinantes, también nos sorprendió su generosidad. Uno de los momentos más memorables de este viaje fue cuando compartieron con nosotros unas cerveza. Brindamos por el éxito de nuestras expediciones.

Refugio Tejos a la distancia
Al día siguiente seguimos subiendo hacia el Refugio Tejos, el último antes de atacar la cumbre. A sus 5800 msnm era bastante intimidante y si no me equivoco, es el refugio que se encuentra a más altura del mundo. Decidimos acarrear todo nuestro peso en una ida y para mi fue una decisión fatal porque nunca había cargado tanto peso a esa altura. Al llegar a Tejos, empecé a sentir los síntomas de la puna: hasta ahí había llegado mi recorrido. No me sentía fuerte para poder subir y bajar sana y salva de manera que decidí quedarme y bajar temprano en la mañana de nuevo a Atacama. Estaba junto a Diego, que también estaba apunado. El resto de mis compañeros subieron y llegaron a 100 mts de la cumbre pero lamentablemente el mal tiempo tomó la decision por ellos y tuvieron que bajar. De hecho luego nos enteramos que la última persona en haber logrado hacer cumbre fue un japonés 3 días antes.

Los Ojos desde el Refugio Murray
Los Ojos del Salado fue mi primera experiencia de sentir como es una expedición de alta montaña. Definitivamente esta expedición tuvo un gran impacto en mi porque me hizo replantearme lo importante que es tu cordada y el apoyo que te deberían brindar en un momento tan difícil en el cual no vas a poder continuar y lograr la meta que consumió tanto tiempo y esfuerzo durante meses. Me enseñó también que nada en esta vida es seguro, no puedes controlar los resultados de tus experiencias y que no vale la pena estar cuestionando el porque o el como, simplemente hay que seguir adelante y como dice una canción “todas las derrotas son festejo si se transforman en semilla“. Esta expedición fue un viaje incredible, donde conocimos a personas de todas partes del mundo que aman este estilo de vida. Sólo el haber estado ahí es un privilegio y un recuerdo que atesorare toda la vida. La montaña seguirá ahí y estoy segura que volveré a conseguirme con ese volcán.
5 comments
ELI bellísimo! Una vez más compartí contigo tus experiencias extraordinarias!,, la niña también te felicita!
Gracias ma!! 🙂
Me has sacado una lágrima mi querida Elizabeth
Fue hermoso compartir esa experiencia juntos!
Me gustó el mensaje, creo que tu escritor anónimo acaba de inspirar a uno más 🙂